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Calculadora TI-57

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Calculadora programable TI-57

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Calculadora programable TI-57 Calculadora programable TI-57 con funda, manual y hojas de condificación de programas Portada del manual de la calculadora TI-57 Calculadora TI-59 con lector del tarjetas magnéticas

Introducción

La calculadora Texas Instruments TI-57 es un modelo de calculadora de bolsillo, autónoma y orientada al cálculo científico y de ingeniería. Tuvo varias versiones, la primera con pantalla de dígitos LED, que obra en nuestro museo, y dos posteriores con pantalla de cristal líquido (TI-57 LCD y TI-57 II)

Historia

La Texas Instruments TI-57 entraba dentro de la categoría de calculadoras programables que sustituían el manejo de tablas de logaritmos y reglas de cálculo. En las décadas de 1960 y 1970 se libró lo que se daba en llamar la guerra de las calculadoras, y compañías de Europa, Japón y Estados Unidos producían cientos de modelos cada cual más barato o más potente, gracias a la difusión de la tecnología CMOS que promovió la miniaturización del cálculo de sobremesa y la desaparición de las reglas de cálculo. Hasta Faber-Castell (principal productor de reglas de cálculo en Europa) produjo un modelo híbrido como último recurso.

En la guerra del ratón y el gato que se generó entre Texas Instruments y Hewlett-Packard se produjeron muy buenas calculadoras como la TI-59, mostrada en una de las imágenes, que surgió como respuesta a la HP-65, que fue la primera calculadora programable que admitía tarjetas magnéticas para descargar programas.

La TI-57 formaba parte del conjunto TI-57, 58 y 59 y se fabricó entre septiembre de 1977 y 1982. Era la más económica de la serie ya que las TI-58 y 59 admitían tarjetas magnéticas como almacenamiento de respaldo.

Características

La TI-57 disponía de una batería formada por dos células NiCd de tipo AA, y, aunque carecía de almacenamiento externo, era capaz de conservar los programas que había que introducir manualmente cada vez que se quería alojar un programa nuevo. Sin embargo, cuando se agotaba la batería, la memoria se borraba dado que esta era volátil.

El display lo formaban 13 diminutos LEDs rojos que se ampliaban ópticamente con el protector plástico de la carcasa que formaba pequeñas lentes delante de cada dígito. Estaba conectado directamente a la salida del acumulador principal de la unidad de cálculo, por lo que cuando tocaba calcular, los números bailaban alocadamente, lo que era bastante común en las calculadoras de la época. El consumo eléctrico era importante por cuestiones técnicas de los led y los dispositivos y la autonomía no superaba más de 4 a 6 horas de cálculo continuo.

Posteriormente a su lanzamiento aparecieron dos modelos con display de cristal líquido (TI-57 LCD y TI-57 II ) con un consumo eléctrico mucho menor, y por consiguiente mucha más autonomía con la idea de competir en el segmento de las calculadoras de bajo coste con SHARP y CASIO, principalmente.

La calculadora tenía un aspecto muy sólido y se vendía cuidadosamente embalada con su alimentador (que se conectaba por la parte posterior del equipo) y un manual de usuario por un precio que rondaba los 60 dólares de 1977, aunque el precio se fue reduciendo hasta venderse por 32 dólares ya en 1982, según fuentes del Smithsonian Institute. Además se incluía un pequeño block de hojas de programación que facilitaban mucho la conservación de programas, dado que había que volver a escribirlos cada vez.

El voluminoso manual, contenía toda la información necesaria y daba unas nociones básicas de programación de la calculadora y algunos programas de muestra que ilustraban algunas de las funciones básicas de estas máquinas en la época como:

La calculadora disponía de 8 registros de datos y 50 posiciones de instrucciones que permitían: Diagrama de llamada y retorno de subrutina

Los bucles al uso se programaban mediante saltos condicionales así:

Programación de un bucle

(Ambos diagramas están tomados de ManualMachine).

Modos de funcionamiento

La TI-57 funcionaba en dos modos:

Teclado en modo de cálculo Teclado en modo de programación

Una vez introducido el programa se podía poner en marcha mientras no se borrara de la memoria de código. La experiencia de programación era muy interesante y sirvió de acicate al estudio de la programación para unos cuantos aficionados que hicimos nuestros primeros programas en este tipo de dispositivos.

Según la página de la Wikipedia, se catalogaba el lenguaje de programación como un primitivo macro-ensamblador, puesto que la memoria de programa lo que realmente contenía eran los códigos de las teclas que pulsaba el usuario en modo programación.

Documentos

Referencias

Pieza cedida por César Llamas Bello